“Agotador pero satisfactorio” fue el tiempo que la Junta Directiva de Afammer Membrilla dedicó a la preparación de los más de cuatrocientos hornazos con los que sus socias celebraron el popular Día de San Marcos.
Hasta la sede de Afammer Membrilla en los paseos del Espino se acercaron 450 personas para recoger su merienda y después, siguiendo la tradición, comer el hornazo en las inmediaciones del parque del Espino y en el paraje del Molino del Rezuelo. Como ritual obligado: hacer el nudo en las siembras para “espantar al diablo”.
“Fue una tarde estupenda, de risas y de trabajo intenso para la Junta”, apuntan desde Afammer. “El día acompañó. La gente tenía muchas ganas de salir al campo y celebrar san Marcos tras dos años de parón. Creemos que lo disfrutaron mucho. Fue retomar al fin las tradiciones, con muchas ganas.”