No hay ley que pueda eximir a los padres de sus derechos y deberes en la educación de los hijos, que es la mejor herencia que les pueden dejar.
Pitágoras decía: "Educar es templar el alma para las dificultades de la vida”. Ahora bien, la educación es tarea tan difícil que sólo el amor es capaz de cumplirla. Se educa amando, ayudando y guiando, no dominando e imponiendo.