Emocionante, apasionante y exitosa esta nueva edición del Maratón de Ciudad Real para el Club Atletismo Membrilla, donde acudíamos con tres atletas: Joaquín Lozano, Francisco Arias y Antonio Martín. Sin olvidarnos de Manuel Martín que corría la II edición de la Media Maratón que se celebraba este domingo 28 de octubre paralelamente con la Maratón.
No exageramos con todos estos adjetivos, si acaso nos quedamos cortos. Y si no lean lo que sucedió y luego lo vemos.
Siempre es difícil empezar a escribir una crónica donde se han vivido unos momentos inolvidables y mágicos para los protagonistas porque tienes el miedo de no estar a su altura, pero en este caso es más fácil, porque lo haga como lo haga no podré superarlos, por tanto una responsabilidad menos.
A las 9h. 30´ se daba el pistoletazo de salida, con una temperatura fresca y un viento un poco desagradable que al final término siendo desagradable por completo. Y ahí teníamos a nuestros tres representantes. Empezaré por el orden de llegada, aunque siempre que hay un debutante me gusta empezar por él.
Joaquín Lozano: corría su sexta maratón, empezó hace tres años y dijo que correría dos maratones al año, una en primavera y otra en otoño y así es. (Cuánta razón tenía la Junta directiva de nuestro club, cuando te nominaron como uno de los atletas más constantes.) Porque para hacer esto hay que estar en forma durante todo el año. No termina una maratón cuando tiene que empezar a preparar otra.
Empezó a un ritmo un poco más alto del que sería su media final. Pero no por equivocación: lo hizo adrede, porque no solamente es constante con sus entrenos, es metódico, calculador y sobre todo está muy experimentado. Es como un pájaro que sube y sube para luego planear.
Por tanto hizo los primeros 11 km a ese ritmo alto calculado al milímetro, planeó durante otros 20 km y tiró de casta y pundonor durante los 11 km restantes sabiendo sufrir y saltándose el muro de un blinco, para batir en casi dos minutos su marca personal a una media de 4´10" el km. y situarla en 2h. 55´07".
Un dato añadido: la media maratón la pasó en 1h.27´11". Si observan este dato nos da como resultado que estamos hablando de una maquina de rodar, pero de las rápidas. Bueno, como al mismo tiempo se disputaba el Campeonato Regional de Maratón la medalla de bronce colgada de su cuello, consigue nuevamente como lo haría el año pasado la primera medalla regional para nuestro club.
Estando observando su progresión, veo que en las maratones de otoño siempre hace marca personal, este maratón no era el más propicio ya que las condiciones climáticas eran bastantes adversas. Por lo que auguro que el año que viene en otoño con un maratón en buenas condiciones tenemos a Joaquín corriendo en 4´el km, o sea dejando su marca personal en 2h. 47´ más o menos. Muchas pero que muchas felicidades campeón.
Antonio Martín corría si no recuerdo mal su séptima maratón. A él no le preocupan mucho las marcas, se limita a rodar el maratón, disfrutarlo y sufrirlo para luego llenarse de satisfacción porque no es para menos. Corrió al ritmo de su hermano Manuel la media maratón en 1h. 40´ 05" y terminó en 3h.32´04", una marca bastante buena que tampoco está al alcance de todos. Tan solo sufrió durante los últimos cuatro kilómetros pero como también es un experimentado lo solventó sobradamente tirando de casta y buen hacer. Felicidades tanto para Antonio como para Manuel.
Y por último, un debutante que hace cosas de un atleta sabio e inteligente. Doy cifras y juzgan ustedes: pasó por la media maratón 2h 02´, pasó por línea de meta 4h 03´11". Un minuto más rápido la segunda parte que la primera.
Sí, es Francisco Arias Bellón, ese que veíamos empezar a correr hace poco más de un año carreras de 10 km que parecía que se le resistían, pero que pronto empezó a dominar y dio paso a las medias maratones sufriendo en las primeras pero que pronto empezaron a ser un disfrute. Voy a probar con el maratón y que sea lo que Dios quiera decía, pero esta vez iba a ser diferente.
Iba a sufrir, sí, porque es un maratón, pero iba a disfrutar desde el primer kilómetro hasta esos 150 metros finales que se corren dentro del estadio. Salió calculando, buscando compañeros, en el 10 encontró a dos que parecía que serían una buena compañía y así lo fueron durante 20 km pero en esta prueba como hay tantos km le quedaban otros 12, los últimos que tendría que afrontar en solitario, pero no importa pues como había guardado fuerzas los dominó de cabo a rabo.
En la grada le esperaban su familia, hijos y sobre todo su mujer la cual lloraba de emoción como una magdalena, no era para menos, entraba en el estadio con su hijo mayor lleno de gozo y con una alegría inmensa. Seguro que se sentía el hombre más importante del mundo.
Felicidades y a disfrutar.