En marzo del año 2020 las dos bandas de música de Membrilla suspendieron de repente los ensayos que, en esas fechas, iban dirigidos a procesiones de la Semana Santa y conciertos sacros o de primavera.
Y se hizo el silencio.
Al principio, algún vídeo grabado por los músicos de ambas asociaciones desde casa intentó llenar el vacío. Pero sólo al principio. Lo describía bien Jesús Herrera, director de la Banda de Música Virgen del Espino (BMVE): “Se trataba de mantener el espíritu de la banda y la llama viva. Cuando pasa tanto tiempo sin contacto necesitas recordar que perteneces a un grupo de gente. Si no te sientes partícipe, te vas alejando de esa idea inicial de pertenencia a un grupo que es casi como una familia. Una banda de música es el único sitio donde puedes tener relación con otras generaciones, mayores y más pequeños que tú, y hablar de lo mismo y compartir experiencias.”
Pero como ellos reconocen: “El trabajo del músico es bastante sacrificado. Le dedicas muchas horas en la propia casa, más los ensayos de la banda, más las actuaciones… Si eso desaparece, poco a poco lo vas dejando, te vas acomodando…”
En Membrilla el silencio musical se prolongó más que en otras localidades del entorno. La Escuela Municipal de Música permaneció cerrada durante todo el curso y se consideró que era más prudente no comenzar con los ensayos de las bandas con la llegada del verano, para evitar nuevos repuntes en las cifras de contagios.
Pero en la primavera del 2021 los músicos tienen “hambre” de partitura, de reencuentro.
En alguna reunión de la Junta Directiva de la BMVE empezaron a surgir los primeros comentarios: No estaría tan mal hacer un concierto, por lo menos “para celebrar que estamos vivos”.
La Asociación Musical Maestro Emilio Cano (AMMEC) también retomaba el asunto en su junta de mayo y surge la posibilidad de aprovechar un paréntesis que el virus nos ofrecía, -con incidencia 0 en la localidad y la población mayor de 20 años ya vacunada o en proceso de vacunación-, para hacer algo en común con la otra banda afectada.
Los presidentes de ambas asociaciones hablan. Y, más de un año después, la música de nuestras bandas volverá a sonar en Membrilla de una manera extraordinariamente especial: en un emotivo e histórico concierto que tendrá lugar en la Cabecera del Espino, el próximo sábado 31 de julio, 21:30 a las horas, dirigido por Pablo Labián y Gustavo Ramírez.
Histórico, porque será la primera vez que las dos bandas de música compartan escenario. Ya hubo un encuentro a tres en el que estuvieron acompañadas por una agrupación de Argamasilla, pero nunca habían actuado las dos solas. Histórico, sobre todo, porque no se trata de que compartan espacio y cartel, sino que realmente será la primera vez que toquen juntas, compartiendo escenario, atril y partitura bajo la dirección de una sola batuta.
Emotivo por la dedicación extraordinaria del concierto: A las víctimas del Covid. Gustavo Ramírez, director de la AMMEC, lo resumía: Moviéndonos en el contexto de la pandemia y sus terribles consecuencias, de inmediato surge la idea compartida de que ya que se volvía a tocar, que se hiciese de manera conjunta y que fuese un homenaje a las víctimas.
Lo subrayaba Jesús Herrera: “¿Quién no ha perdido durante este año algún familiar, algún amigo, algún conocido… víctima del Covid?”
En este sentido, Ramírez adelantaba el contenido del programa: cada banda intervendrá en una parte del concierto, interpretando un pasodoble, una obertura para banda y un mix de temática pop. Pero al final, todos los músicos tocarán juntos en dos piezas especialmente escogidas para la ocasión: El pasodoble “Recordando a un amigo”, en homenaje a los que se fueron, y la “Procesión para una Nueva Era”, toda una declaración de intenciones respecto al futuro que esta pandemia nos ha dibujado.
Porque tanto Jesús Herrera como Gustavo Ramírez coinciden en afirmar lo más importante de este concierto: La pandemia del coronavirus ha servido para poner las cosas en perspectiva y darle importancia a lo que realmente lo tiene. Nada del pasado tiene importancia. Lo importante es la gente, la vida, celebrar que estamos aquí, juntos, y recordar a los que no han podido llegar.
Y todo ello, por fin, haciendo música.
