Llega otro 21 de junio y en Europa se celebra de nuevo el Día de la Música. Parece mentira que, un año después, las cosas hayan cambiado tan poco en nuestra localidad. El silencio musical, -silencio de nuestra música en directo-, al que nos condenó desde marzo del 2020 la pandemia del coronavirus sigue resonando, estridente, en nuestra población. Porque, sí, hay veces en las que el silencio resulta estridente de pura añoranza.
Y es que, un año después, seguimos echando de menos a nuestros músicos. En los escenarios, en los parques, en las calles y rincones de Membrilla...
Recuperamos el texto del Día Europeo de la Música 2020, que mantiene toda su vigencia, aumentada por la ausencia de música que se prolongó durante todo el año también en las noches de verano, en los encuentros de bandas, en las tardes de otoño, en la época navideña, cerrando un ciclo que volvía de nuevo a la triste ausencia musical en la Semana Santa y primavera. Con nuestros deseos de que la situación sanitaria mejore y permita el reencuentro lo antes posible:
La importancia del silencio
Celebramos este 21 de junio el Día europeo de la música en pleno solsticio de verano.
Nuestros músicos nos recuerdan constantemente la importancia del silencio dentro de la composición musical. Disfrutamos de su presencia, -qué ausencia tan paradójica-, aunque los profanos en la materia ni siquiera seamos capaces de reconocer los garabatos que lo definen sobre el pentagrama.
Salimos hoy 21 de junio de un estado de alarma crudo, incierto y doloroso que ha llenado de sombras nuestro particular pentagrama de la primavera. Una primavera especialmente musical en Membrilla que arranca con el intenso sentimiento de las marchas cofrades en los sones de nuestras dos agrupaciones musicales (AM Santa Verónica y AM San Juan Evangelista) y de nuestra única banda de cornetas y tambores, CCTT Jesús Nazareno. Certámenes propios y ajenos, y el impresionante Encuentro de madrugadas y noches de duelo y domingos festivos.
Hay también en la primavera de Membrilla “Amarguras” desgarradas en las notas de la Banda de Música Virgen del Espino y de la Asociación Musical Maestro Emilio Cano. Decenas de partituras vividas en conciertos sacros; en las calles de aquí o en las de poblaciones cercanas como Valdepeñas o ya casi propias, como Úbeda.
Hay una primavera en Membrilla de mayos que viven gracias a las rondallas locales: grupo de Amas de Casa, Marmaria o los Toconeros. Y más rondallas aún que se desviven por mantener la seguidilla bien atada a la memoria, como el grupo El Rezuelo.
Hay en Membrilla una generación de músicos jóvenes (Hombre de Hielo, José Tomás…) que nos regalan durante todo el año pequeños espacios de enorme talento. Y grupos que, muy vinculados a Membrilla, ya son más amigos que vecinos, como Mar del Norte o Mansil Nahar… Y muchas grandes voces… Y muchos estudiantes de música, de todos los tamaños y condiciones…
Celebramos este 21 de junio el Día europeo de la música en pleno solsticio de verano. No podemos decir que salimos de una primavera llena de silencios, porque de una manera o de otra nuestros músicos se han esforzado por completarnos la partitura con otras notas sonoras, digitales en muchos casos. Pero no ha sido lo mismo…
Y es esa consciencia de la ausencia de nuestros músicos la que nos hace valorar más esta Fiesta.
Feliz día de la música a todos.