El buen tiempo propició que cientos de vecinos saliesen anoche a las calles para visitar las Cruces de Mayo que tanto particulares como grupos de vecinos y asociaciones habían vestido para conmemorar esta tradicional fiesta local cuyos orígenes se remontan al siglo XV. No faltaron durante el recorrido las obligatorias hogueras, el consabido zurra y los imprescindibles mayos manchegos interpretados por el Grupo Los Toconeros y la Rondalla Marmaria.
Una docena de cruces se sumaron a la convocatoria del 2009, con la feliz novedad de recuperar cruces como la de la calle Santiago con Alfonso X, vestida por los vecinos de la zona, o la cruz de la Iglesia, réplica de la antiquísima cruz que se guarda para facilitar su conservación en la capilla de San José, ahora del Santísimo, en la propia iglesia parroquial, vestida por la Asociación Vida.
El Grupo Cultural Galán de la Membrilla volvió a vestir la cruz del Ayuntamiento, como marca la costumbre desde los años 80, en el Centro Cultural de San León. Como viene siendo habitual en los últimos años, el Grupo Cultural ha recuperado para esta noche uno de los elementos históricos de esta fiesta: la Cruz Dorada, rescatada por Fidel Arroyo de su destrucción. El origen de la Cruz Dorada se remonta varios siglos atrás y durante muchos años permaneció anclada en la fachada de una casa de la calle Mayor, donde se vestía todos los años.
No faltaron a la cita de anoche dos de los grupos de vecinos más entrañables de esta fiesta, los que visten su cruz en la calle, al arbitrio del tiempo: los vecinos de la Cruz Verde y los vecinos de la calle Santiago, junto a la ferretería. A ellos se sumaron dos de las asociaciones que visten su cruz desde hace años, sin falta, en sus sedes: la Asociación de Jubilados y Pensionistas en el Centro Social y las Amas de Casa en los Paseos del Espino.
Otros grupos de vecinos y particulares se animaron a mantener esta tradición en la noche del dos de mayo, como los vecinos de la calle del Prado, la familia Martín Herrera en la calle Mayor, Fidel Arroyo en la calle Buenos Aires o Gregoria Montoya en la calle Joaquín Carrero. Los mayores del Centro de Día han vestido su propia cruz en las instalaciones del centro.
Pero las Cruces de Mayo no serían lo mismo si a al calor de las hogueras no sonasen las guitarras y bandurrias de Los Toconeros y la Rondalla Marmaria. Estos dos grupos reviven la tradición del mayo manchego complementando la vistosidad propia de esta fiesta, una función que a lo largo de las últimas décadas les ha convertido en los verdaderos conservadores y trasmisores de la tradición del mayo en la localidad. Sin olvidar las jotas y seguidillas que la rondalla se baila en cada cruz y a las que a veces se suman espontáneos de todas las edades.