Los mayos manchegos inundan las calles de Membrilla en la fiesta de la Cruz de Mayo

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Las nueve de las noche del día dos de mayo marcaba en Membrilla el inicio de una de las tradiciones más antiguas de la localidad: el encendido de las hogueras y la visita a las cruces vestidas por asociaciones y vecinos para conmemorar la fiesta del día 3: la Invención (descubrimiento) de la Santa Cruz, popularmente conocida como Cruces de Mayo.

Con un pequeño descenso en el número de inscripciones en el itinerario de este año, ocho cruces salpicaban el recorrido de los vecinos por las calles de Membrilla. La mayoría fruto de la labor colectiva de asociaciones o grupos de vecinos; algunas, nacida de la implicación personal de una sola familia; otras, importantes testimonios de un culto en la zona, herederos de siglos de tradición.

Entre las novedades de esta edición, el traslado de la Cruz del Grupo Cultural El Galán de la Membrilla desde el Centro Cultural de San León hasta las más amplias instalaciones del Casino Manchego, en la Plaza del Azafranal, que se vio convertido en el punto de partida del recorrido oficial de los grupos que ponen la preceptiva banda sonora a la fiesta, con el canto de los mayos a las cruces vestidas.

Y en el Casino Manchego, la elevación de la cruz en su referencia más divina, pero en el marco del culto más humano a este símbolo, a través de la Semana Santa local, con las habituales referencias a los episodios de la Pasión y Muerte y algún que otro valioso elemento rescatado de la historia del culto local de mediados del siglo pasado.

Los mayos manchegos inundan las calles de Membrilla en la fiesta de las Cruces de Mayo

El camino de las puertas del cielo sirvió de hilo conductor a los vecinos de la calle del Prado para narrar la historia de su Cruz, perfilada en un Calvario de elegante contraluz. Muy cerca, palmas y un busto de Jesús en la Pasión acompañaban la cruz de Serrano, rodeada de motivos florales. Y precisamente de flores se compondría la cruz de las Amas de Casa, instalada en su sede de los Paseos del Espino, en una sencilla composición adornada por ciertos guiños bíblicos y alusiones a la Última Cena.

El ábside de la iglesia parroquial de Santiago el Mayor, que el año pasado se reivindicó esta noche de manera testimonial, recuperaba el calor de los vecinos de la mano del grupo de Catequistas de 5º Curso, autoras de un elegante monte coronado por la cruz de mayo más antigua de la localidad. Otra de las cruces más antiguas, la Cruz Verde, volvía a recibir a los visitantes para mostrar el trabajo de sus vecinos en un Calvario instalado este año sobre monte. Vecinos que estuvieron arropados también por la vecina Hermandad de Santiago el Mayor.

Dos cruces más completarían el recorrido de la noche: la llamada Cruz de San Francisco, instalada en la calle de San León por una familia particular, y la Cruz de los vecinos de la Calle de Santiago. La primera, encerraba en su Calvario un homenaje a la vida religiosa de la localidad, con puntuales menciones a dos importantes aniversarios celebrados este año: el de la llegada de la imagen de la Verónica y el de la Coronación Canónica de la Virgen. La segunda, una particular visión de la fiesta de Pentecostés, con simbólicas alusiones a los apóstoles y a los dones del Espíritu Santo. En mitad de recorrido, frente a Correos, la habitual lumbre que señala el lugar donde permanece durante todo el año otra de las cruces de la localidad, que, aunque no sea vestida, recuerda una tradición de siglos en la zona.

Los mayos manchegos inundan las calles de Membrilla en la fiesta de las Cruces de Mayo

Junto al valioso trabajo de los encargados de vestir las cruces, merecen mención especial los tres grupos que ponen la música a la fiesta hasta altas horas de la noche, recorriendo las calles al ritmo de guitarras y bandurrias, cantando los mayos a la Cruz: El grupo de los Tuno´s, estrechamente vinculado a los Toconeros, la Rondalla Marmaria y la rondalla nacida en el seno de la Asociación de las Amas de Casa, con Ramón Núñez, otro “toconero” de pro, al frente. Son las formaciones que mantienen y conservan el mayo manchego de la localidad, en una impagable labor de recuperación y trasmisión a las nuevas generaciones.

Algunas ausencias y vacíos en espacios emblemáticos; tradicionales puñaos de cañamones y vasos de zurra, también algún huevo, elemento que se ha colado en la fiesta desde hace unas décadas; reencuentros al calor de la lumbre; oraciones compartidas con el párroco; constantes muestras de solidaridad con donaciones al centro ocupacional virgen de Peñarroya de La Solana o Afanion (Familias de niños con Cáncer)…

La noche se prolongaría hasta el mediodía del día 3 en algunos monumentos. En la mayoría, el rezo a la cruz y el canto de mayos se extenderá durante los días siguientes, sirviendo de nuevo de reencuentro entre vecinos y amigos.

Los mayos manchegos inundan las calles de Membrilla en la fiesta de las Cruces de Mayo

 

 

 

 

 

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