La saeta en Membrilla. El cante hecho oración. El rezo del flamenco

Inicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivado
 

 

Con estas tres grandes voces, la Peña Cultural Flamenca de Membrilla “Julián Estrada”, volvió a organizar el pasado viernes a las puertas de Semana Santa el tradicional festival de saetas flamenco. Para esta edición, se ha vuelto a apostar una vez más por un cartel de mixto de género femenino y masculino y apostando por jóvenes promesas del cante en post de la promoción del flamenco.

Con un escenario vestido para ocasión con la cruz y un balcón florido.

El festival se dividió en dos bloques. La primera parte como viene siendo habitual las saetas y en la segunda el flamenco.

Sea justo empezar la crónica con esta fórmula festivalera y disfrutar del estilo propio de cada uno, con Rocío Segura, Manuel Cuevas hijo y Virginia Gámez.

Los tres realizaron dos rondas de saetas cantadas por varios estilos con la solemnidad que dicho cante requiere. Destacar la vestimenta puesta en escena para este cante por parte de las artistas con vestido negro y chaqueta en un gesto de respeto e importancia a esa situación, porque las saetas evocan a un momento de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo.

Abrió el festival La cantaora almeriense Rocío Segura, con una saeta por carceleras, en segundo lugar salió Manuel Cuevas hijo interpretando una saeta por seguiriyas, y cerró Virginia Gámez cantando el Ave María por seguiriyas con expresividad y derroche de facultades. En la segunda ronda, Rocío cantó una saeta por seguiriya con cambio a martinete, Manuel Cuevas cerró su actuación con otra por seguiriyas y Virginia seguiriyas con cambio a martinete.

La saeta en Membrilla. El cante hecho oración. El rezo del flamencoTras un muy breve descanso, sobre el escenario apareció el mejor flamenco de la mano de lo/as tres jóvenes cantaores/as, acompañados a la guitarra por nuestro paisano José Tomás Jiménez, ofreciendo un acompañamiento excelente con algunos detalles simpáticos como la veloz alternancia de picado y que una vez más demostró su gran capacidad y progresión, haciendo gala de su profesionalidad y conocedor del cante demostrando porque es ganador del bordón minero.

En primer lugar, actuó Virginia Gámez interpretando una Granaina marcada con lo matices propios de este palo, y en segundo lugar cantó unas Cantiñas, con su bella voz, poderosa, modulada y con pellizco, arranca los aplausos del respetable cerrando con una ronda de fandangos de varios estilos. En ambas interpretaciones demostró gran dominio de los palos, y como modula esa gran voz que posee y canta despacio, con elegancia y con el poderío que le caracteriza.

El sevillano Manuel Cuevas hijo, se presentó por Malagueñas con remate por abandolaos cambió de estilo para continuar con una Soleá de Triana y se despidió con una tanda de fandangos muy variados. Cabe decir que Manuel pese a su juventud, tiene un buen manejo de los registros y una buena distribución del diafragma.

En tercer y último lugar salió Rocío Segura, interpretando unos tangos por varios estilos cantados con mucho gusto y compas, bien marcados con lo matices propios de este cante y que hizo las delicias de público, en su segunda actuación se acordó de su tierra interpretando un taranto de Almería para cerrar con unos fandangos La trayectoria de Rocío se puede describir con sólo dos palabras: AFICIÓN y CONVENCIMIENTO. Esta cantaora, desde muy joven ha tenido claro cuál era el camino que quería seguir. Evidentemente, haber ganado la Lámpara Minera es un aval para cualquier cantaor/ar

Como final del festival hicieron un cierre por fandangos dejando un buen sabor de boca. Aplausos de despedida prolongados con una comunicación del público absoluta que obligo a los artistas a cantar otra ronda de fandangos.

La saeta en Membrilla. El cante hecho oración. El rezo del flamenco

Y como siempre reiterar el comportamiento del público con su silencio y saber estar en este tipo de eventos, y que los cantaores lo valoran mucho.

Agradecer la colaboración de Antonio Arroyo Villa, el que entre presentación y presentación nos ilustró con detalles históricos sobre la saeta y el cante.

Me quiero despedir con este poema dedicado a Virginia Gámez:

Su arte nace de ella
como un rayo del sol,
que ilumina los campos
con radiante resplandor,
para guiar los caminos
del mejor flamenco
que Dios le otorgó. 

 

Texto y fotos: Peña Flamenca Julian Estrada

 

 

 

 

Y tú, qué opinas ...

Blog de Rija