Arrancaba el siglo XVII en Membrilla cuando el concejo decidió encargar un retablo para el altar mayor de la iglesia parroquial “acorde con la magnificencia del templo” cuyas obras acababan de concluirse.
Nos lo narraba hace años Pilar Molina Chamizo en Membrilla, cuando vino invitada a ofrecer una conferencia sobre nuestra iglesia de Santiago el Mayor en el marco de las Jornadas sobre Patrimonio organizadas desde la Concejalía de Cultura de la localidad.
El retablo final, desde luego, no desmereció al imponente templo. En su obra sobre los templos parroquiales del Campo de Montiel, la propia doctora en Historia del Arte la calificaba, estéticamente, “similar a la realizada por el maestro Giraldo de Merlo para el altar mayor de la Catedral de Nuestra Señora del Prado en Ciudad Real”.
Nos basta la fotografía de principios del siglo XX para reconocer la grandeza de la obra. Pero autores como Molina Chamizo o el sacerdote Pedro Roncero nos han subrayado con sus descripciones el valor artístico del retablo.
Cuenta Pilar Molina: “se labró un retablo íntegramente en madera, cuajado de tallas, dejando de lado las imágenes de pincel. Sobre el banco decorado se levantaron tres cuerpos, coronados por ático. Sus cinco calles estaban separadas por cuatro entrecalles, en las que se dispusieron diversas tallas de gran tamaño, dentro de hornacinas. Cada cuerpo estaba separado del anterior por frisos decorados con guirnaldas y ángeles, sosteniendo medallones con diversos rostros. Se combinaron perfectamente la superposición de órdenes: jónico, dórico y compuesto, junto con pilastras cajeadas para las calles más exteriores, sobre las que se dispusieron frontones triangulares y semicirculares, algunos partidos con óculos, según la tradición manierista.”
“La calle central recogía las escenas más importantes, en tallas exentas y altorrelieves. Sobre el magnífico tabernáculo con su cascarón, se situaba una imagen de Ntra. Sra. del Espino, rodeada de ángeles.” En las calles paralelas, “seis tableros tallados con altorrelieves con escenas de la Pasión”.
“En el ático se colocó el tradicional Calvario, coronado con un frontón triangular donde se esculpió una imagen del Padre Eterno.”
El sacerdote Pedro Roncero, en sus Apuntes Históricos sobre la Parroquia de Santiago el Mayor, nos habla de la belleza de sus tallas, de Santiago el Mayor, San José, San Juan Bautista, las escenas de la Natividad… Y también de la sillería.
Tres siglos presidió este retablo el altar mayor de la iglesia parroquial de Membrilla.
Desconocemos el año de su fábrica, pero no el de su desaparición: el 21 de julio de 1936, fecha del incendio de la iglesia parroquial por parte de algunos elementos exaltados, por lo general de filiación anarquista, contagiados de la furia iconoclasta y anticlerical de esas fechas. Vecinos (y eso es lo más triste) que, lamentablemente para el Patrimonio local, no supieron distinguir entre sus idearios políticos, sus reivindicaciones sociales y el arte y la cultura.
Ochenta y un años después, en el altar mayor de la iglesia parroquial sigue habiendo un enorme vacío que ni siquiera podrá llenar esta pequeña reseña sobre uno de los conjuntos escultóricos más importantes que ha tenido nuestra población.
F. M.