La casualidad, o quizá la ironía bufa del destino, quiso allá por el mes de septiembre que el Grupo Cultural El Galán de la Membrilla pusiese sus ojos en Darío Fo para su próxima representación teatral, desconocedores entonces de que su trabajo se convertiría en un homenaje póstumo a la tremenda figura del Nobel italiano, fallecido sólo un mes después, en octubre del año pasado.
Este fin de semana, el grupo cultural ha presentado al público de Membrilla su No hay ladrón que por bien no venga, comedia irreverente del gran Darío Fo, el llamado rey de la farsa y cómico impenitente, llenando durante tres días el aforo de la Casa de Cultura de la localidad.
De nuevo bajo la dirección de Juanjo Rodríguez, autor también de la adaptación de la obra, -en mínimos detalles sólo perceptibles en la ausencia del reloj de péndulo, trocado baúl-, el elenco de actores del grupo cultural desgranaron sobre el escenario la viva trama de enredo nacida de la pluma de Fo, regalando, -sí, de nuevo-, una agradable velada al público. En realidad era algo esperado y consecuente con la elección de la obra: es imposible ver, leer, a Fo sin una sonrisa; no en vano, Fo siempre usó la máscara del humor para desenmascarar el mundo y su mentira.
Y de este modo, desenmascarando la hipocresía y la doble moral de las clases altas de la sociedad, aparecieron Dolores Arias, José Serrano, Trinidad Simón y Francisco Alumbreros, la doble pareja de infieles que pese a mostrar públicamente sus “vergüenzas” no se cansó de juzgar la vulgaridad de los otros dos protagonistas principales: Andrés Serrano y Silvia Díaz Pintado, ladrón y mujer, que se revelaron como los únicos honestos y fieles de la trama, pese a sus divertidas desavenencias conyugales.
Y, debutando con el Grupo Cultural, Francisco García en el breve papel del Ladrón 2 que tuvo la mala suerte de pasar por allí para recibir las consecuencias de todo la hilarante farsa que se había ido acumulando en escena, como siempre en Fo, debido a la mentira. Todo se completaba con el atrezzo y apunte de Pepe Chacón y una escenografía y vestuario del propio grupo.
Hilando con la valiente figura, ya en lo personal, de Paco García, el Grupo Cultural quiso aprovechar la representación del sábado para dedicar la obra a la causa del Día Mundial contra el Cáncer, que se celebraba ese 4 de febrero. Antes de abrirse el telón, Sandra Fernández, en representación de la Junta Local de la AECC en Membrilla, compartió con el público un mensaje de apoyo a los que luchan por superar la enfermedad y a los que han conseguido vencerla, sin olvidar un recuerdo especial a los que perdieron la batalla.
Sandra lanzó un mensaje de esperanza, recordando que pese a todo la vida, y especialmente la lucha contra el cáncer, hay que enfrentarla con una sonrisa, disfrutando de cada instante.
Eso es lo que nos ha vuelto a regalar el Grupo Cultural El Galán de la Membrilla con No hay ladrón que por bien no venga: vida y sonrisa; comedia de la buena nacida en la mente del cómico subversivo por excelencia, de Il Maestro; una hora de evasión tan honesta, tan cercana, tan divertida, que se nos hizo tan, tan corta…