Un caramelo musical a las puertas de un colegio

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La Asociación Musical Maestro Emilio Cano homenajeó a la figura de San José de Calasanz, uno de los precursores de la pedagogía moderna y patrón de las escuelas públicas cristianas, organizando la edición 2012 del popular concierto de barrio que se celebra junto a la ermita del santo en el conocido como "barrio de Corea"; y lo hizo jugando con los dos elementos que identificaban a ambas partes, la música y la educación, en un particular concierto que se convirtió en un verdadero caramelo a las puertas del colegio San José de Calasanz.

A primera vista, el envoltorio: el celofán colorista y alegre del pasodoble español en un tributo a Rafael Taléns, compositor recientemente fallecido y que ha dejado obras de una gran riqueza musical en su más amplio sentido. Abrió y cerró concierto el pasodoble Tercio de Quites, un ejemplo de lo que la fenomenología compositiva supone: Es perfecto. Y junto a él, Traner, pasodoble dedicado a un amigo del autor y que tuvo a Amparo cano, flauta, como solista.

Dentro del envoltorio, el caramelo: un homenaje a la zarzuela acompañada por algún guiño localista. Jesús Manuel García, trompeta solista, secundado por toda la cuerda de trompetas tomaron protagonismo en una de las obras tradicionales del género que precisan de una concreción técnica exigente por las intervenciones solistas, cambios de tempos y carácter: El Sitio de Zaragoza, fantasía para banda de Cristóbal Oudrid adaptada por Grau Vegara. Los músicos de la Ammec interpretaron también La Canción del Olvido, del maestro Serrano, sin duda uno de los compositores que melódicamente han dejado más huella en la literatura de la época, y la rapsodia gallega Airiños aires, que nos trasladaron al repertorio más clásico de las bandas de música, aunque no por ello menos rico, que tanto se ha interpretado en kioscos, parques y conciertos por las bandas e intérpretes que han precedido a estos músicos a lo largo de la historia y que los miembros de la Ammec consideran que nunca deben dejar de interpretar por su riqueza y aportación a la música bandística más actual.


Por último, dentro del caramelo, el relleno especial: la impresionante interpretación de Sendes, de José A. Pina, obra en torno a las "variaciones en la vida de un mortal" que pretende plasmar las distintas emociones que el ser humano experimenta (el amor, la ira, el miedo, la añoranza, la desesperación...) repartidas en una composición que incluye todo tipo de efectos técnicos, instrumentales, melódicos, rítmicos.... y Concierto en Honor a San José de Calasanzen la que merece la pena destacar la participación de la sección de percusión (Pedro Alfonso, Alfonso, Pedro, Raúl, Juan, José Antonio) con varios pasajes de difícil ejecución. A lo largo del concierto, dirigido en esta ocasión por Rafael Ramírez, el público asistente pudo disfrutar de numerosas intervenciones solistas de los mas jóvenes, lo que asegura una continuación y garantía a un proyecto que el próximo año cumplirá su 20 aniversario.

Este concierto de barrio estaba precedido de una impresionante muestra de compromiso por parte de un grupo de personas que están haciendo "algo" realmente increíble y que así demuestran los comentarios de los grandes maestros que año tras año pasan por la Asociación Maestro Emilio Cano. Tras un año intenso, cargado de grandes retos como el curso de dirección del Maestro Asensio y la exigencia de unos programas que hasta hace poco parecían impensables para estos jóvenes músicos, la Ammec afrontó las cuatro jornadas de ensayos, del 12 al 15 de agosto, en el III Curso Nacional de Dirección de Bandas impartido por José Rafael Pascual Vilaplana en las que el compromiso de los músicos fue fascinante. Llegaron los Desposorios con las consiguientes procesiones y, sin un día de descanso, de martes a viernes, se montó el concierto de San José de Calasanz, que mostró contenidos propios de un estudio de varias semanas, lo que demuestra el gran nivel que este grupo de músicos está consiguiendo. El propio director del concierto agradeció la gran implicación de los músicos y el gran trabajo realizado este último año, reconociendo que "de verdad te quedas sin palabras cuando después de más de diez días de actividad ininterrumpida te encuentras la sala de ensayo con casi toda la plantilla y una actitud de "¡vamos!". Un diez para la banda."

Y eso, a las puertas de un colegio, es un Sobresaliente./F.Megías

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