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Una camaleónica Asociación Musical Maestro Emilio Cano ofreció el pasado sábado 8 de enero un magnífico concierto en el que la banda se fue transformando, pasando de la solemnidad de la Obertura para una nueva era (Jan de Haan) a la espectacularidad y emoción del musical Elisabeth (con adaptación de Johan de Meij), para terminar la primera parte del concierto con la banda puesta en pié cantando a pleno pulmón Vino Griego que popularizó José Vélez.

Pero fue en la Segunda parte donde el público no dejó en ningún momento de sorprenderse con el repertorio y la puesta en escena. Para empezar, la Sinfonía nº 45 “de los adioses” de F. Joseph Haydn, en la que los músicos comenzaron a abandonar el escenario hasta que el director, a punto de quedarse solo, abandonó su estrado dando paso a cinco niños y niñas de entre nueve y once años (directora incluida), gracias a los cuales se pudo terminar la obra, arrancando los “¡Bravos!” del público, tanto por su interpretación como por su dominio del protocolo: ¡El futuro está asegurado!. Después, el director fue en busca de los dos trompetas solistas, Jesús Manuel García y Rafael Ramírez para interpretar la polka Las dos comadres, pero para su sorpresa y la del público, se encontró con el matrimonio de la popular serie Los Simpsons (Homer y Marge), haciendo las delicias del público con su maestría y el toque simpático que costó más de un dolor de abdominales.

Continuó el concierto con una preciosa y nostálgica canción, Ansiedad, que agradó al público, sobre todo a los mayores. De nuevo dos solistas y otra polka, esta vez de clarinete con Vicente López-Peláez y Félix Arias, quienes fundieron el sonido de sus instrumentos y tras una brillantísima interpretación arrancaron más bravos del público.

Asociación musical maestro Emilio CanoA esta polka le siguió el famoso Vals de las flores del ballet El cascanueces compuesto por Piotr Illich Tchaikovsky en el que durante su interpretación, las chicas de la banda regalaban una flor al director, aunque al final, un percusionista un tanto travieso insistía en regalarle una “preciosa” (horrible y seca) maceta.

Para terminar el concierto se interpretó la tradicional Marcha Radetzky en la que se comprobó que el público no solo conserva su sentido rítmico sino que es capaz de hacer matices con sus palmas y acompañar perfectamente a la banda.

Tras los numerosos aplausos y unas palabras del director agradeciendo al público su presencia en el concierto y felicitando a los componentes de la banda el trabajo realizado durante todo el 2010 que nos acaba de abandonar, la AMMEC interpretó como obra fuera de programa una canción que popularizó uno de nuestros artistas más internacionales, Raphael: Digan lo que digan.

De nuevo los aplausos obligaron al director a salir varias veces hacia el escenario y saludar de nuevo al público brindándoles un bis: la repetición de Vino Griego que puso el colofón a este inolvidable concierto. De esta manera terminó un concierto que da pie al comienzo de un nuevo año en el que desde la Asociación Musical Maestro Emilio Cano se espera esté lleno de éxitos y que Membrilla disfrute de éstos.

 

Asociación musical maestro Emilio Cano

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