Como viene siendo habitual sobre todo desde principios de este nuevo milenio, las bandas de música de la localidad celebran la festividad de San José de Calasanz, 25 de agosto (fecha de su fallecimiento en Roma), con un concierto popular ofrecido en pleno corazón del barrio de Corea, a los pies de la pequeña ermita del santo patrón de la educación católica junto al colegio que lleva su nombre.
Este año el concierto de barrio ha sido ofrecido por la Asociación Musical Maestro Emilio Cano que eligió para la ocasión un repertorio muy en consonancia con las características de las noches de agosto manchegas: fresco, dinámico, alegre, propio de una celebración que prolonga el ambiente festivo de los pasados Desposorios y que, por otro lado, mantiene el espíritu esencial por el que se comenzaron a organizar estos conciertos: sacar la cultura del teatro a la calle y acercarla a todos los vecinos y barrios de Membrilla, favoreciendo también su disfrute por aquellas personas con mayores problemas de desplazamiento.
Al concierto asistieron numerosos vecinos que quisieron disfrutar de esta ya tradicional noche de música a la luz de la luna y que superaron ampliamente las cifras de asistencia de los conciertos de años anteriores, lo que demuestra la consolidación de esta cita con la música en el barrio de Corea.
Los componentes de la agrupación musical, bajo la dirección de Gustavo Ramírez, crearon en torno a la plaza de San José de Calasanz un ambiente de fiesta y verbena donde no faltaron los pasodobles más significados del repertorio español ni las piezas más simbólicas de músicos que, como Falla, supieron encerrar entre pentagramas la magia y el embrujo de las noches españolas. Unas piezas entre las que destacaron las notas firmes de la trompeta de Jesús Manuel hilvanando virtuosamente los acordes de la Virgen de la Macarena. El concierto se completó con los tradicionales bailes lentos que a son de bolero fueron interpretados por la gran voz de Inmaculada Cotillas.
Como cierre del concierto, un preceptivo homenaje a San José de Calasanz, interpretando el himno al santo con arreglos para banda de Gustavo Ramírez.
Aplaudida interpretación de estos grandes músicos que concluyeron este concierto regalando al público, fuera de programa, el Cha, cha, cha de la mosca y Copacabana. El director felicitó a los componentes de la agrupación por este espléndido y completo año, lleno de grandes interpretaciones fruto de mucho esfuerzo y trabajo y les emplazó a disfrutar de unas merecidas vacaciones musicales.