Hasta el domingo, 2 de mayo se puede visitar la exposición de escultura de Ambrosio Velasco al tiempo que una serie de pinturas de su primo Gabriel Velasco que se muestra simultáneamente.
Ambrosio Velasco, influenciado por Chillida o Dominique Forest –a quien considera su padrino-, empezó a trabajar el hierro con fines artísticos a finales del siglo pasado.
Hemos podido charlar con Ambrosio sobre su obra de la que nos cuenta que en muchas ocasiones es el propio material que va a utilizar el que le sugiere y le va guiando en la metamorfosis hacia la forma final que le confiere el ser pieza de arte. En otras ocasiones la inspiración surge de la observación del mundo que le rodea o de un simple viaje.
Se declara enamorado del hierro y de su profesión más que artista, siendo sus herramientas las propias de un taller de carpintería metálica. En su faceta de formador en escuela-taller transmite a sus alumnos las posibilidades del hierro a la hora de plasmar una idea, yendo más allá de las aparentes limitaciones del uso tradicional de este metal como son los aperos de labranza o naves industriales.
Ambrosio consigue transmitir al visitante sensaciones que difícilmente hubiera imaginado de este metal: movimiento, equilibrio, naturaleza o el ordenado desequilibrio de su laberinto roto, así como la solemnidad de las torres gemelas.
Gabriel Velasco expone sus pinturas acrílicas
De formación autodidacta, lleva más de veinte años pintando pero en los últimos meses ha intensificado su labor creadora.
Su afición y vocación nació después de trabajar junto a pintores y restauradores en museos, iglesias y catedrales, como los museos de bellas artes de Sevilla y Valencia.
Su pintura es muy variada dentro del realismo, pero donde se encuentra más a gusto es con la realización de paisajes, bodegones o retratos.