El verano pasado, una óptica de Membrilla colocó en sus escaparates un cartel anunciando una oferta. Comprando unas gafas, te regalaban los cristales. A principios de este año, han repetido la oferta, si bien el cartel anunciador es distinto, más grande, de un color más llamativo y con un diseño que mejora visiblemente al anterior. No hay más que echar un vistazo a los dos para comprobar la evolución en el cartel de promoción. Se ha llegado a un diseño mucho más atractivo, mucho más tentador. Pero hay algo que no ha cambiado en este proceso; un error de bulto que comparten ambos carteles. Y es que EL VERBO ELEGIR SE ESCRIBE CON GE. Y no con jota, como aparece en los carteles de la óptica.
En los dos carteles puede leerse el imperativo del verbo elegir. El reclamo, hablando de tú al transeúnte, lo insta a elegir una gafa o una montura, pero le dice "ELIJE", y no "ELIGE", que es lo que, atendiendo a la correcta ortografía, debería decir. Alguien ha creído conveniente, para mejorar la imagen de la tienda o para mejor atraer al público, ofrecer un diseño de cartel más sofisticado. Pero nadie, en cambio, se ha preocupado por una cuestión lingüística tan clara. Un error que es más llamativo que los colores del cartel o que la propia oferta.
El verbo elegir es un verbo regular. Ocurre, simplemente, que en ciertas formas es necesario cambiar la ge por la jota para conservar el sonido. Pero en las formas en que ese sonido va seguido de "e" o "i", debe aparecer la ge preceptiva. Alguien, seguramente influido por las formas "elija", "elijamos", "elijáis" o "elijo", que habrá visto en algún sitio, ha pensado que esa jota aparecía en todas las formas de "elegir". Y, lo más grave, es que no ha consultado ni siquiera un diccionario, para asegurarse, ni el pasado verano ni ahora. En un cartel que estuviera escrito a mano, de mala manera, en una hoja a cuadritos, sería incluso natural encontrarse una falta de ortografía, y no sorprenderse por ello. Con un diseño tan chulo como el del último cartel de la óptica, la falta de ortografía es más llamativa y seguramente distrae la atención del mensaje que se anuncia.
Seguramente, para las siguientes ofertas, alguien andará más avisado de lo que ha estado, y subsanará estos errores tan tremendos. De hecho, del primer cartel al segundo ha habido una mejora ortográfica: en el primero se leía LA OPTICA (pronunciado como palabra llana: "la optíca"), y en el segundo ya se lee LA ÓPTICA, con su correspondiente tilde por tratarse de una palabra esdrújula. Sólo falta, también, que esa tilde aparezca en el letrero principal de la tienda, donde hoy en día todavía se lee "optica" y no "óptica".