Entre las costumbres ancestrales de origen pagano que aún se conservan en Membrilla cabe destacar la celebrada el 25 de Abril con motivo de la festividad de San Marcos.
Se trata de un acto campestre vinculado a la celebración primitiva del paso del invierno al verano cuando el año se dividía en dos estaciones. Los romanos celebraban la fiesta pagana de la Robigalia para preservar las siembras. Muchos cristianos participaron de estas fiestas paganas y la Iglesia Católica, ante la imposibilidad de suspenderlas, las cristianizó poniéndolas bajo la advocación de San Marcos, cuya fecha de celebración coincide con la fecha habitual de la fiesta pagana.
San Marcos simbolizará la primavera que grana el cereal y lo protege. El Diablo representa el invierno, el mal, de ahí que se le arroje de los sembrados con la ayuda del Santo. Espantar al diablo es el acto central de la festividad: Se hace un nudo en los tallos de los sembrados con lo que simbólicamente se ata o arroja fuera del lugar al diablo, librando a la cosecha de sus males.
Elemento característico de esta fiesta desde sus primitivos orígenes es el hornazo compuesto casi siempre de huevos y carne incrustados en una masa, de curiosa simbología ancestral.
En Membrilla esta celebración campestre aparece ligada a las inmediaciones del Molino del Rezuelo e incluso del Molino de Piña.- F. Megías.