La Navidad (nativitas, nacimiento) es la fiesta cristiana que celebra el nacimiento de Jesucristo en Belén el 25 de diciembre. No existe ningún documento que date este nacimiento. Como la mayoría de fiestas cristianas tiene un origen pagano: desde los primeros tiempos del hombre se celebró el solsticio de invierno y la llegada de la primavera. Los paganos adoradores del dios sol o Baal, celebraban con gran alegría el día más corto del año (solsticio de invierno) Para ellos era el día del nacimiento del Sol. Ese día caía el 25 de diciembre.
Los romanos adaptaron los ritos a sus saturnales del 19 de diciembre y en el Norte de Europa se celebraba una fiesta de invierno similar, llamada Yule, en la que se quemaban troncos adornados con flores, manzanas doradas y cintas en honor de los dioses. La iglesia primitiva absorbió los ritos paganos en vez de reprimirlos. Así, en el año 345 se proclamó el 25 de Diciembre como fecha de la Natividad por influencia de San Juan Crisóstomo y San Gregorio Nacianzeno.
El Nacimiento y los Villancicos son añadidos de la Iglesia en la Edad Media. La Navidad del árbol y los “christmas” son creaciones del S.XX.
Navidad en Membrilla
A principios del S. XX se hacían como preparación a la Navidad, unas “misas de la Virgen”: Misas pastoriles cantadas a las seis de la mañana y a las que acudían los padres con sus hijos arrebujados en mantas.
En Nochebuena se hacía el Maitín en las casas, con acompañamiento de zambombas, castañuelas, botellas de anís e incluso sartenes. Y no faltaban los mantecados, rosquillas y tortas de manteca con chicharrones. Era famosa la misa del gallo que se celebraba en el Convento y a ella acudían más fieles que a la misa del gallo de la Parroquia. En Navidad los jóvenes salían por las calles cantando.
En la Iglesia, antes de la guerra del 36, se ponía un Nacimiento formado por las imágenes de un Niño Jesús, San José y la Virgen de la Candelaria (a ambos se les quitaban sus respectivos Niños para la ocasión.)
La cabalgata de Reyes es posterior a la Guerra pero, aún así, los niños ponían las botas en las ventanas. Y los Reyes les dejaban, sobre todo, caballos y muñecas de cartón y carros hechos por los carpinteros locales. Se montaba un Nacimiento en la Plaza. A finales de los 50, se llegó a hacer un Belén viviente que ocupó toda la Plaza.
En Navidad se organizaba “Cómo canta Membrilla”, una velada benéfica a favor de los necesitados en la que intervenían los mejores cantaores flamencos y guitarras de Membrilla. También se bailaba y se representaban sainetes.
Era usual en estas fechas aprovechar el día de los Santos Inocentes para hacer burlas a los conocidos. En las casas se jugaba a emparejar “novios” de forma disparatada, sacando de unas bolsas papeletas con nombres de personas del pueblo, entre los que solían predominar el de los “mozos viejos” locales.
La Navidad de Membrilla no escapa del espíritu consumista que se ha adueñado de las fiestas desde finales del S. XX. Sin embargo, dos elementos fundamentales siguen caracterizándola desde hace muchos años: el sincero espíritu religioso en la celebración del Nacimiento de Jesús y la fiesta familiar ligada al banquete. Lo primero se manifiesta en la preparación de los Nacimientos, la misa del Gallo, la misa de Navidad donde se besa al recién nacido... Lo segundo aparece ligado al tradicional “Maitín”, la informal cena de nochebuena compartida con familiares y amigos que se celebra desde edades muy tempranas.
Además de esto, son actividades características de la Navidad del S. XXI el montaje de Nacimientos en las casas, con el concurso de Belenes y Escaparates, y la Cabalgata de Reyes, organizada desde el Ayuntamiento con la colaboración de peñas y asociaciones locales. El recorrido de la cabalgata concluye en el Belén viviente montado en la Plaza del Azafranal.
La fiesta se completa con numerosas actividades culturales y deportivas, entre las cuales se encuentra la tradicional carrera de San Silvestre.- Fdez. Megías.