La fiesta de la Virgen del Rosario en Membrilla

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Membrilla, como toda la cristiandad, celebra la fiesta de Nuestra Señora del Rosario el 7 de octubre desde el Siglo XVI. 

Los orígenes de esta festividad se remontan a la Batalla de Lepanto: Cuentan las crónicas cristianas que en los meses previos a dicha  batalla, el papa Pio V pidió que se rezase el Rosario. La flota cristiana entró en lucha con los musulmanes el 7 de octubre de 1571 y, antes de la batalla, las tropas cristianas habían rezado el Rosario con mucha devoción.

Las misma tradición cristiana relata que mientras se desarrollaba la contienda naval en Lepanto, el Papa recitaba en su capilla de Roma el Rosario y, de repente, salió de la estancia y movido por una aparente inspiración sobrenatural, anunció a todos los presentes y con gran calma que la Santísima Virgen le había concedido la victoria a los cristianos. Semanas mas tarde llegó  el mensaje de la victoria de parte de Don Juan de Austria, quién, desde un principio, atribuyó el triunfo de cristiano a la poderosa intercesión de Nuestra Señora del Rosario.

En agradecimiento, el Papa Pío V instituyó la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias y agregó a la  Letanía de la Santísima Virgen el título de "Auxilio de los Cristianos". Más adelante, el Papa Gregorio III cambió el nombre de la fiesta a la de Nuestra Señora del Rosario.

Según nos cuenta Pedro Almarcha, tras estudiar los manuscritos de la Cofradía en Membrilla,  la fiesta de la Virgen del Rosario durante el siglo XVIII se componía de vísperas, maitines solemnes y Misa solemne el domingo, con pregón. También se celebraba una procesión de la imagen acompañada de algunos músicos tocando chirimías. En 1789 la procesión discurría por las calles Castillo, Monjas, Dª Jacinta y Religiosos Trinitarios. Formaban parte de esta celebración la pólvora y la limoná.

La antigua imagen de la Virgen de Rosario con Niño era policromada y de gran belleza artística. La Virgen y el Niño llevaban sendas coronas de plata sobredorada con ángeles de plata blanca. Al niño se le podía poner un manto de raso azul y blanco. La Virgen llevaba un rosario de estrellas y el Niño un rosario de cristal. Estaba situada en un altar de la parroquia de Santiago el Mayor, en el lado norte de la nave central, entre los dos arcos que dan a la capilla lateral. El altar contaba una mesa y tres frontales de damasco y terciopelo. Tenía uno de los mejores retablos del templo y sus fiestas se celebraban en octubre con gran magnificencia, incluso en los años de la República. Todo desapareció en el incendio de la iglesia realizado por grupos anarquistas en los primeros días de la Guerra Civil. 

Tras la contienda, la Cofradía de la Virgen del Rosario es la primera en  reorganizar el culto.   Tradicionalmente la Virgen del Rosario aparece como la patrona de los pastores en Membrilla y, dado el elevado número de estos, cuenta con una gran devoción en la villa. Es común oír a los mayores que "como los pastores tenían cuartos (dinero)", compraron enseguida una nueva imagen, con toda probabilidad en el taller valenciano de Vicente Tena. Su importancia la sitúa en el altar mayor de la nueva e improvisada parroquia de la Sociedad Cultural, hasta la reconstrucción del templo incendiado. Allí la nueva imagen se coloca en un pequeña hornacina dorada en el mismo lugar que ocupaba su antiguo altar y vuelve a recuperarse su fiesta y sus tradicionales  agasajos de avellanas para los numerosos hermanos. Tras la restauración de la iglesia en los años 90, la imagen abandona su hornacina y es colocada en el altar mayor, a un lado del Crucificado central.

Entrado el siglo XXI, la celebración se compone de Santos Rosarios y misas por los hermanos difuntos en la parroquia en el contexto de un triduo religioso. La fiesta central  se traslada a un domingo del mes de octubre, próximo al día 7. El sábado anterior, se recoge al cumplidor y Estandarte de la Cofradía en su casa, con acompañamiento de la Directiva y banda de música. En la iglesia parroquial se reza el Santo Rosario y se celebran las Solemnes Vísperas y misa en honor de la Virgen. Suele haber pólvora, aunque la habitual verbena desapareció en la primera década entre otros factores por falta de seguimiento de los hermanos y vecinos.

El domingo de la fiesta se lleva a cabo el agasajo para los hermanos. Para el acto religioso central,  se recoge al Mayordomo Cumplidor y se celebra una misa solemne en la parroquia. A continuación, la imagen de la Virgen es sacada en procesión, precedida por el Cumplidor y acompañada por numerosos fieles que portan velas. Este celebración, tradicionalmente celebrada por la tarde,  pasó en el año 2016 por primera vez a la mañana, siguiendo la procesión y el agasajo a la misa en la parroquia.-Fdez. Megías.

 

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