La Banda Juvenil Villa de Membrilla, en colaboración con la Asociación Musical Maestro Emilio Cano, sigue apostando por uno de sus objetivos básicos, que rebasa el simple hecho de hacer música: la formación de sus componentes. Formación en mayúsculas, no entendida sólo como educación musical en torno a pentagramas y notas, sino ampliada al crecimiento como personas, al cuidado de la inteligencia emocional de sus componentes y al desarrollo de herramientas de convivencia que permitan transformar una banda de música en una familia musical.
Fruto de ello han sido las últimas jornadas desarrolladas bajo el representativo título de “Música e inteligencia emocional” para las que han contado con la intervención de uno de los profesores más innovadores del panorama educativo y musical del país: Antonio Domingo Ruiz.
El pedagogo y profesor trasladó a Membrilla su particular concepto de la educación basado en claves musicales y atento siempre a la persona, a sus capacidades, a sus singularidades, a su potencial. Como él mismo define, “la música como arte, es la mejor manera de acercarnos al mundo interior que todos tenemos.” Y sólo con un buen conocimiento de nosotros mismos seremos capaces de conocer el mundo que nos rodea, a los demás, y establecer verdaderas relaciones con el entorno.
Sobre estos cimientos comenzó el trabajo de Antonio Domingo Ruiz con los músicos de la banda de la Asociación Musical Maestro Emilio Cano en la noche del viernes. En una conferencia titulada “La inteligencia emocional en las Agrupaciones Musicales”, los componentes de la AMMEC trabajaron la importancia de las competencias emocionales a la hora de mantener la cohesión del grupo, formado por personas de diferentes edades, profesiones y caracteres. La finalidad: conseguir que la música sea una excusa para estar juntos.
Una de las cosas fundamentales en las que coinciden la Banda Juvenil Villa de Membrilla y Antonio Domingo es que creen en los jóvenes. “Utilizo cada día la educación musical como el bálsamo para curar las heridas que la vida y la sociedad hacen en los corazones de mis alumnos”, confiesa Antonio Domingo en sus reflexiones. Así, el sábado por la mañana, los jóvenes componentes de la Banda Juvenil tuvieron su particular encuentro con los métodos pedagógicos de Antonio Domingo Ruiz en el taller “La neuroplasticidad y la música” en el que, con la percusión corporal como medio, los músicos, junto con profesores invitados, trabajaron el desarrollo psicomotriz y la neuroplasticidad, su capacidad cerebral de regenerarse, desarrollarse mejor y crecer en respuesta a los estímulos sensoriales exteriores, en este caso musicales. Una capacidad que según el profesor muere un poco si el individuo deja de trabajar esa inteligencia musical con la que nace y que nos hace a TODOS músicos.
La jornada se amplió a la tarde, en la que la asociación organizadora realizó una generosa invitación a los músicos pertenecientes a todas las formaciones musicales de Membrilla para participar en el taller “Con el cuerpo 2”, siguiendo la misma línea pedagógica: a través de la percusión corporal, mostrar cómo un mejor desarrollo emocional de la persona proporcionará mayores beneficios vitales, en lo personal y en lo educativo. Una invitación a la que respondieron miembros del grupo Tuno's y las agrupaciones musicales San Juan Evangelista y Santa Verónica. El Taller contó con la emotiva llegada de antiguos alumnos de la Escuela de Música de Villacañas, a la que Antonio ha estado vinculado durante 25 años y con los que desarrolló proyectos de calado internacional como "La danza del Sol".
El broche de oro a estas jornadas formativas lo puso el concierto “Con la banda en el cuerpo”, estreno absoluto de un proyecto musical en el que la Banda Juvenil compartió protagonismo con el público. Siguiendo las directrices de Antonio Domingo, los asistentes demostraron mediante la percusión corporal que también eran músicos, interpretando junto a la Banda Juvenil piezas de ABBA, Queen, Greese, Misión Imposible… en un divertido y a ratos hilarante baile continuo que los mantuvo levantados de sus butacas durante toda la función. Lo define muy bien la propia asociación: “Al final, músicos y público salíamos de la Casa de Cultura con la banda en el cuerpo (y en la mente).” Y es que el concierto no sólo dejó risas y música, sino algunas reflexiones importantes:
La música es una actividad en la que no hay unos que ganen y otros que pierdan; en la música siempre se gana. Por eso es fundamental la educación musical a la hora de formar como personas a nuestros hijos, por lo que jamás debe darse por perdido ni el tiempo ni el dinero empleado en su formación musical e instrumental. Hay que creer en los jóvenes y en sus posibilidades, en su inteligencia, y trabajar por darles una formación adecuada a esa inteligencia, que la estimule y los haga emocionalmente fuertes. Y si algún día no responden de la manera adecuada, no deja de ser una llamada de atención sobre algún problema. Y entonces debemos estar ahí, padres y educadores.
“El arte de enseñar pretende generar la ilusión necesaria en el alumno para que su deseo de aprender y saber le convierta en un ser humano mejor”.
Este es el fundamento pedagógico de Antonio Domingo Ruiz. Y así nos lo mostró en las jornadas propuestas por la Banda Juvenil y la Asociación Musical Maestro Emilio Cano.