Manos Unidas lanza en febrero su nueva campaña para el 2021, Contagia solidaridad para acabar con el hambre, con la que la organización no gubernamental quiere seguir fomentando las actitudes de colaboración que sirven para frenar la mayor pandemia que sufre el planeta desde hace décadas: el hambre.
Dentro de esta acción global, Manos Unidas Membrilla presenta a los vecinos y vecinas lo que será su nuevo proyecto para esta campaña, al que irán dedicados los fondos obtenidos a través de las diferentes actividades que se organicen en la localidad: “Fortalecimiento del liderazgo de mujeres en agricultura orgánica” en la localidad de La Perla, en México. Su coste asciende a 48.329 euros, del cual se beneficiarán unas 660 personas y de forma indirecta más de 3.300 personas.
Los actos en Membrilla comenzaron el pasado viernes 5 de febrero, con una Vigilia de Oración por las intenciones de Manos Unidas y de adoración al Santísimo celebrada en la Parroquia de Santiago el Mayor.
De momento, la cuestación casa por casa que Manos Unidas lleva realizando Membrilla durante el mes de febrero durante más de 50 años, ha tenido que ser aplazado para fechas futuras debido a la pandemia de coronavirus, con la esperanza de que la situación sanitaria mejore.
No obstante, la persona que lo desee puede entregar un donativo para Manos Unidas mediante diferentes vías:
- Hacerlo llegar directamente al párroco D. Raúl o a cualquiera de las voluntarias de Manos Unidas
- Ingreso en la cuenta de Unicaja: ES03 2103 0441 75 001001 2075
- Pago por Bizum a los números de teléfono: 658 986 867 / 618 025 097.
UN PROYECTO CONTRA EL HAMBRE ENFOCADO A LAS MUJERES DEL MUNDO RURAL
Situación general
El Estado de Veracruz, en México, tiene el 58% de su población en situación de pobreza y 49 de sus municipios en extrema pobreza. De ellos, 13 son los más pobres de México y uno es La Perla. Éste se encuentra al pie del volcán Pico de Orizaba, consta de 49 comunidades con una orografía en ladera entre los 1.300 y 3.200 m.
El Estado de Veracruz ocupa el primer lugar en casos de desnutrición severa y el segundo en desnutrición moderada. En sus zonas rurales el 21% de los niños y niñas menores de 5 años padecen desnutrición crónica con graves efectos en la morbilidad y mortalidad, lo que se traduce en desventajas en el desarrollo de capacidades a lo largo de su vida.
En La Perla, 7 de cada 10 familias viven en situación de hambre y desnutrición, sin alimentos de alto contenido proteico, las madres de familia no tienen nutrientes suficientes durante sus embarazos, por lo que desde que nacen, los niños enfrentan un déficit alimentario que pone en riesgo su salud y su vida.
El proyecto de Manos Unidas, en colaboración con Chesterton Instituto Superior AC desde 2013, pretende facilitar una alimentación suficiente y diversificada a 611 familias de 10 comunidades del municipio La Perla.
Problemas concretos a resolver
El principal problema es la pobreza alimentaria en las comunidades del municipio de La Perla, debido a la baja productividad de la tierra, escasa o nula rotación de cultivos y pérdida continua de alimentos sembrados. Son causa de todo ello las erróneas prácticas agrícolas empleadas, la falta de capacitación, la escasa profundidad de los suelos, la falta de semillas adecuadas, la resistencia de los varones para aprender y cambiar costumbres. Todo ello deriva en una pérdida continua de alimentos y, como consecuencia, un limitado acceso a alimentos, desnutrición y hambre entre la población.
Las soluciones propuestas consisten en la introducción de tecnologías agrícolas, diversificación de cultivos en los huertos familiares, implantación de 2 ciclos productivos, capacitación a las mujeres en tecnologías productivas, en la preparación de alimentos nutritivos y en el cultivo y aprovechamiento de plantas medicinales como condimentos y para prevenir enfermedades.
De este modo, se asegurarán las condiciones para la producción continua y con calidad de alimentos para autoconsumo familiar en La Perla.
Beneficiarios y actividades concretas
Las personas beneficiarias son jefas y/o jefes de familia, campesinos indígenas de alta marginación y en situación de extrema pobreza, que han manifestado su interés por aprender y su disposición a comprometerse a asistir a las capacitaciones, a sembrar en huertos familiares, a consumir sus productos hortícolas y plantas medicinales incluyéndolas como ingredientes en algunos guisos y a realizar preparados de cremas y tintes medicinales.
También cumplen las siguientes características: casi todos saben leer y escribir, sus edades están entre 15 y 40 años, pertenecen a familias que disponen de espacio para un huerto familiar, han participado en proyectos de seguridad alimentaria anteriores habiendo recibido capacitaciones previas y visitado huertos demostrativos, conocen las plantas y tienen unos ingresos promedio de $900 pesos/mes (42 euros al mes).
Entre las actividades concretas sobre el terreno: construcción de viveros, ciclos de Siembra de semillas para su germinación, trasplante de hortalizas y Plantas medicinales a huertos familiares, producción de lombriabono, preparación de camas de siembra y/o huertos verticales, microtúneles para protección de cultivos, elaboración y aplicación de repelentes y trampas para plagas y hongos cultivos aleopáticos e intercalados, fomento de autoconocimiento y habilidades sociales en mejora de cultivos, capacitación de mujeres líderes y participación, junto a los hombres, en talleres de empoderamiento para ejercer Derechos humanos con corresponsabilidad.
El proyecto, de manera indirecta, contribuye a generar una mentalidad de acción, de trabajo y de participación ciudadana, en donde las personas, cada vez más conscientes de sus derechos, exijan mejores condiciones de vida y participen para lograrlo