Extracto de pensamientos y reflexiones sobre la educación a los hijos y el modo de enfrentarlos a la vida, pertenecientes a la conferencia de Javier Urra ¿Qué se le puede pedir a la vida?, organizada por el Ampa Rezuelo del Ies Marmaria, impartida el pasado 10 de enero en Membrilla.
- Nos hacen falta vacunas, antídotos... para la vida.
- Observamos todos los días niños permanentemente conectados a las nuevas tecnologías, en una sociedad en la que ha desaparecido el contacto personal. La gente tiene un sentimiento grande de soledad.
- Esencial en la educación del niño la naturaleza y la práctica del deporte. Ganar, competir, compartir, cooperar, perder... Es un factor determinante a la hora de evitar futuras situaciones delictivas, es una vacuna para la vida.
- Los niños adolecen de autocontrol por falta de educación.
- Vivimos en una sociedad de gente acojonada. Los profesores tienen miedo de que a un niño le pase algo mientras está a su cargo. Una sociedad que está cambiando todos los días de leyes porque somos incapaces de cambiar a las personas. Falta ética y moral. Y eso daña a nuestros niños.
- ¿Quién ha dicho a nuestros jóvenes que este es un mal momento? En un pasado próximo se han vivido guerras, pandemias...Sí, es un momento económicamente terrible, pero estamos educando a los niños en una cuna de algodón para luego decirles que no tienen futuro aquí. La vida es dura. Y eso hay que enseñárselo.
- Estamos educando en la idea aristotélica de la razón, que es muy importante, pero hace falta llegar a la emoción, a los sentimientos. Es una parte esencial.
- La importancia del autocontrol. El ser humano es libre porque es capaz de poner cortafuegos, de poner límites. Y esa libertad muchas veces depende de nacer en una familia o en otra, en si se es querido o no dentro de la familia. Hay niños que no son queridos. Las consecuencias emotivas en el niño son irreparables.
- A los padres sólo hay que decirles: Disfruten. Los padres están agobiados por todos los problemas que puedan tener los hijos. Es inevitable que los hijos sufran. Hace poco era imposible hablar con los padres; sin embargo ahora los padres hablan mucho con los hijos, no sé si a veces demasiado. Y desde luego se hace desde la igualdad, lo que es un error. Uno es el padre y otro es el hijo. Uno es el profesor y otro el alumno.
- El problema que tenemos con los hijos es un problema del yo, del ego, del "yo quiero", "yo exijo". ¿Dónde queda el nosotros? El niño no es el rey de la casa, es uno más de ella.
- El ser humano es profundamente vulnerable y eso es importantísimo transmitirlo a los niños. También esencial girar el tablero y ponerse en el lugar del otro. Es un juego que hay que practicar en todo momento, en nuestra vida, desde asociaciones como el Ampa: EL QUE NO SABE LO QUE SIENTE EL OTRO, PIERDE.
- El ser humano tiene memoria para recordar, pero también es importante la capacidad de olvidar, de perdonar. Hay gente que está todo el día rumiando cosas que le han pasado. Hay que evitar que nuestros niños sean obsesivos, que rumien las ideas. Las cosas son así, sin mas.
- "Hay que intentar que los niños sean optimistas: la esperanza es una obligación ética. Optimista no quiere decir que sea bobalicón, sino que busque la parte positiva."
- Tenemos ahora mismo algunos problemas muy serios. Sí que hay situaciones muy graves. Pero es que hay gente que va por la vida muy seria. Es importante reírse de uno mismo. La gente se toma demasiado en serio. Reírse con, NO reírse de. Vivir con sentido del humor. Y la educación es la mejor carta de presentación, la que te resuelve todo.
- La gente es genial, compleja. Y hay que educar a los niños, enseñándoselo. El ser humano necesita de los demás, pero busca muy poco de los demás. Y ese es el problema. Es muy difícil convivir.
- Cuando se empezó a legislar sobre el no uso de la bofetada como método de educación, los padres se quejaron de que se les dejaba sin una herramienta educadora. Pero porqué se le pega una bofetada al niño de seis años que tira un vaso y no se le pega al niño de 16 que tira el mismo vaso. Si es tan pedagógico... Pero ¿es pedagógico para el que la recibe o es pedagógico para el que la administra? Esto no significa que no haya que hacerse respetar, firmes, seguros.
- No puedo entender el acoso escolar. En un aula de 27 alumnos, que un profesor no sepa que hay un niño acosado me demuestra o que es un cobarde o que es un incapaz, no hay más. Un profesor además de que tenga potestas, para eso se está cambiando la legislación, tiene que tener autoritas. La autoridad moral es muy importante: es lo que deben tener los profesores, los padres, los abuelos...
- Los chicos ven la actitud de los padres, la realidad que les rodea, y ese es su ejemplo. Y en la actualidad ven que todo se compra con dinero. Incluso su cariño.
- ¿Todos los padres estamos capacitados para educar a todo tipo de hijos? La educación es cotidiana, día a día. Sin embargo, no hay que vivir por y para el hijo. Es mío, pero es libre. Será lo que quiera ser. Los padres no tenemos que modelar a un hijo según queramos que sean.
- La verdad de las cosas es que si una chica de 16 años se queda embarazada y conoce que va a tener un niño con malformaciones, la decisión de tener ese hijo debe ser de ella. Y para eso es para lo que tenemos que formar a los niños: para llevar en su vida la incertidumbre. Es una sociedad de la incertidumbre, del cambio.
- En la vida hay que saber lo que es importante. Lo demás, se relativiza.
- Hay un gran problema de machismo en nuestra sociedad. Chicas que ceden a mantener relaciones para que el chico no se vaya con otra. Jóvenes que piensan que los celos son un reflejo de amor. Creo que los niños y las niñas deben formarse juntos.
- Nuevas tecnologías: La gente está agobiada con la premura. No pueden estar desconectados. Hace falta un tiempo para todo, también para esto, pero con un horario. La gente se engancha a las nuevas tecnologías para no tener un vacío existencial; es un riesgo importante no aprovechar ese tiempo para hablar, para escuchar...
- Es muy importante el lenguaje. Estamos perdiendo la riqueza del lenguaje. El ser humano ha desarrollado la mente gracias al lenguaje, y nuestros chicos cada vez se comunican con un lenguaje más breve. El lenguaje es esencial, la riqueza de la palabra, los matices, los grises... El enseñar a los niños lo que es la belleza, que no es cara. Un amanecer, un atardecer, una obra de arte... Enseñar a los niños un instrumento musical que les exige la armonía, los tiempos, el manejo del silencio... Estas son las vacunas para la vida.
- No podemos elegir los amigos de nuestros hijos ni cambiarlos, porque lo importante a ciertas edades es el grupo. Pero sí podemos promover actividades juntos, viajes, conocimientos de otros grupos... Ver juntos algo que te impresiona, único, que te desborda; eso no lo va olvidar el hijo nunca.
- Esencial que los niños conozcan el dolor y la muerte. Que la espera es parte de la vida. Que conozcan a la otra gente.
- Educar es una actividad preciosa y los padres nos educamos también con nuestros hijos.
- ¿Qué se le puede pedir a la vida? La última pregunta inteligente que se le puede hacer a la vida debería ser ¿para quién he vivido? No para qué he vivido. Qué he hecho en la vida para mejorarla, desde un Ampa, desde un ayuntamiento, desde una empresa...
- Vivimos en una sociedad muy quejicosa y victimista. Hay mucha gente agradable y positiva. Pero también hay gente que se dedica a ver todo negativo, a amargarte la vida, y esa no merece la pena. Mejor alejarte de ella.
- Con estos cuatro criterios que no son sino un poco de sentido común, se puede ir educando a los hijos. Creo que es muy importante que lean a los clásicos, que vean teatro... En internet está la información, pero no está la cultura.
- Trasladen a sus hijos que una cosa importante del ser humano es la intimidad. Más allá de programas televisivos muy lesivos para los chicos que deberían prohibirse, los chicos van a tener que formarse en la intimidad. Lo reflejan todo en las redes y eso queda ahí para todos y para mucho tiempo, y eso hay chicos que no lo va a soportar. Que sepan que si están conectados con muchos niños de 13 años, puede haber uno que no tenga 13 años, que sea un tipo de 36.
- Tenemos muchas cosas que hacer no solo los padres. Hoy ser padres es más difícil que antes, sin duda, porque antes ser padre era que un hijo alcanzase unos estudios, un trabajo... Hoy queremos que estudie, que sea, que alcance, que sea feliz... y con nuevas preocupaciones añadidas: alcohol, drogas... Los chicos no consideran droga el alcohol y toman alcoholes de 40 grados para ponerse gilipollas y conseguir lo que buscan: desinhibirse para acabar haciendo lo que ya tenían pensado hacer. (Los chicos beben muchísimo: entre los grandes secretos de los jóvenes a los padres está la cantidad de alcohol que beben) Y se bebe tarde, en la noche. Es necesario crear entre todas las instancias una red de actividades que ofrezcan a los chicos otras posibilidades que no sea solo quedar para beber.
- Importante que los chicos entiendan que tienen derechos y obligaciones. No puede haber libertad sin responsabilidad. No puede haber prófugos de la realidad. Deben ser conscientes de lo que son, con la autoestima justa. Deben saber que no puedes intentar alcanzar cosas a las que realmente no puedes optar por tus propias características personales. De ahí derivan problemas como la anorexia.
- Los chicos van a tener un nivel de información alto, el problema es qué van a hacer con esa información. Y ese es el reto que tenemos: socializarlos, hacerlos de verdad ciudadanos. Hay que educar a los chicos a vivir en ciudadanía, a comprender a los otros.
- Hoy hay una educación sexual casi pornográfica. Los chicos buscan información sobre el acto en sí cuando lo importante es que aprendan a respetarse a uno mismo, lo que es el cariño. Es alarmante el abuso de viagra entre los jóvenes.
- La etapa de la adolescencia es compleja. Imposible entenderlos cuando ni ellos mismos se entienden y ni quieren que los entiendas. Lo que nunca consentiría en la adolescencia es la falta de respeto. Hacen falta formas, respeto, actitud. Eso es la educación: el gusto por las buenas formas.
- Hay que educar a los hijos en el perdón. Perdonarse a uno mismo y perdonar a los otros. Sin rencor.